sábado, 10 de octubre de 2009

El fuego y la palabra



Sólo fuego escupían por sus bocas,
mil penalidades pagaréis en los avernales,
sólo unos cuantos elegidos para la gloria
serán salvos de calamidades perpetuas.

El fuego y sus palabras hacían mella,
miradas rojizas profundas atemorizaban,
ovejas blancas vestidas de lobo negro,
amansaban a un rebaño listo para el degolladero.

El miedo al fuego eterno, a la sangre derramada,
el pavor por las palabras escupidas de escándalo,
los demonios poseyendo a pobres indefensos,
atemorizando a la incultura de los pueblos.

Siglos de angustia, de decadencia,
tiempos de infortunio, marchitando esencias,
enfermedades sin nombre, la peste negra,
horror, odios, sangre y venganzas,
con el fuego y la palabra.

Oscuridades que se cebaron de las bondades,
paraíso de la cruz, tridentes y medias lunas,
sangre por sangre, vida por vida,
todo esto nos han traído los vendedores de almas,
los prostituidores de conciencias rancias.

El fuego y la palabra ha sido su elocuencia,
el miedo y el temor ha sido su paranoica existencia,
ya no engañarán más las populares conciencias,
las ovejas han despertado del degolladero,
sabiendo distinguir los lobos con piel de cordero.

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