viernes, 28 de enero de 2011

Te amo


Te amo,
aunque parezcan quimeras,
aunque el tiempo se detenga
en mi disposición entera,
y tenga los días contados
en el crepúsculo de la primavera.

Te amo,
desde lejanas tierras
en la inmensidad del espacio-tiempo,
en insondables momentos
cuando sigues siendo un enigma,
¡sin tan siquiera sé de tus caricias!.

Te amo,
solo por prestarme tus oídos
recibiendo el eco de tus palabras,
salvando mares y páramos...
Islas y desiertos.

Te amo,
como quiero a mis flores,
cuidando en no dañarlas,
en sutil esencia que penetra...
Como el polen en rocío de madrugadas.

Te amo,
porque así me lo dice mi alma
captando energías de la tuya,
siendo diáfana a mi espíritu
cuando el sol ilumina tus sonrisas,
gozando entonces...
De la paz y el sosiego cuando me hablas.

Te amo,
porque te amo,
nada más sencillo qué eso,
aunque sea en un ensueño crepuscular...
o simplemente...
En una imagen virtual.

lunes, 24 de enero de 2011

Si me llevas contigo


Si me llevas contigo,
fuera de los páramos yermos
a la sombra de mis quimeras,
cuando la luz en auroras me adormezca
y los cometas tiendan su lazo en cabelleras.

Si me llevas y dejo atrás mis olvidos;
mis renuncias y mis melancolías en acuarelas
y en trazos gruesos a carboncillo...mis demencias,
entresacando destierros extenuados...
De mis internos obsoletos y consumados.

Si eres capaz de conseguir un ápice;
que mis columnas asentadas en quebrantos
se desmoronen en oleadas de energías sin conflictos,
dando al traste con la lluvia pegajosa de mis llantos.

Si eres resuelta y atrevida;
deshaciendo tormentas neuronales internas
pero máscaras externas, diáfanas para los demás,
socavando con tus besos mi natural pesimismo
extrayendo con el magnetismo de tu corazón...
Las espinas de una alambrada desvencijada.

Te prometo en las horas de mis lamentos
no mancillar más mi alma en diagramas enigmáticos,
ni pincelar en colores tenebrosos mis sentimientos;
opacos y excluyentes de toda luz estabilizadora
de toda caricia qué en escalofríos me exaspera.

Llévame contigo hasta lo eterno,
sujétame en mis raíces nuevas,
y pronto nacerá un nuevo tallo con fuerza...
Fuerza para torcer el tiempo perdido.

domingo, 23 de enero de 2011

Todo, por estar con ella


Cruce de caminos en sentidos opuestos,
vientos que enervan las fuerzas opacas
qué en pedregosa incertidumbre balbuceo
atrapado por mi Hades interno, en frío gélido,
inerte parada en dimensiones desconocidas.

No logrando atisbar la suavidad de su manto
que me protege de todo infortunio, lamento,
ando perdido en el horizonte de mis dilemas;
arenas movedizas colapsando mis sentimientos
quedando atrapado en las mismas quimeras.

Siempre la misma espiral, que nunca termina,
como un vórtice conductor de señales abismales;
oquedades inmensas de sinapsis neuronales muertas
desintegrando la poca materia gris de mis límbicos procesos...
Todo a cambio de una luz que me disuelva en mis lagunas.

Allí quiero quedarme, mientras no pueda verla,
tocar, penetrar su aura en ilusiones sencillas,
fusionar sus moléculas con las mías
en un universo de eternidades conceptuadas.

Me daría lo mismo transitar por páramos yermos
donde mis pupilas no alcanzaran el final de mi objetivo,
qué ser ufano y traspasar planos adimensionales
creyéndome un viajero con facultades cognoscitivas...
Dando lecciones de humanismo a las almas perdidas.

Todo, por estar con ella...
Así de simple.

martes, 18 de enero de 2011


Tus gestos me empapan en algodones
en sueños dulces, casi almibarados,
tus labios se muerden, incitantes,
relajando mis tejidos musculares.

Sensaciones que permanecían incorpóreas
mitigadas por mi loca existencia ufana,
por mi carrera en pos de los delirios del momento
para luego caer en la conciencia de mi tormento.

Tú, la de mis sueños nocturnos,
la de voz qué ,de en eco en eco
explosiona mis sólidas convicciones...
De no enamorarme en realidades.

Siendo mis quimeras las únicas acompañantes
en estos tiempos para mí, eternos como galopantes caballos,
como cumbres borrascosas siempre acechantes...
En la oscuridad de mis interiores valles primaverales.

Has sido tú, como Gavilán apresando a este palomo errante
arrancando con tu pico su alma en pena, dando alas a su espíritu,
renovando sus fuerzas perdidas en el horizonte intangible...
Traspasando los límites de una realidad opaca e incognoscible.

Y...siendo mis instintos vulnerados por los tuyos
en continuo movimiento de vaivén visceral,
no puedo subyugar en trance parcial ni total
mis sentimientos que escapan a mi control;
siendo criaturas libres y salvajes en universal libertad
para gozar de las verdades de lo absoluto...
Sin quimeras que distorsionen mi objetividad.

Tú, la asesora de mis inspiraciones
la de los besos en brisa vespertina
la de los flujos como mareas en luna llena.

Tú, la de esperanzas para una vida entera
la transformadora de mis paranoias y fobias,
eres tú,
la que ha implantado en mis valles internos...
La luz y el perfume de las albahacas.

martes, 11 de enero de 2011

Confesiones verdaderas


Como todos los días, que ya me parecen eternos,
me levanto un poco patizambo y cojeando
con ojos obnubilados por sueños dislocados,
siempre con la idea de a hurtadillas...seguirla observando.

Feliz como un niño si la veo virtualmente
inconscientemente se me quitan las penas
dando un capeo a las nostalgias eternas,
volviendo a ser yo mismo de manera consecuente.

Ella no sabe que para mí, siempre será una manzana demasiado lejana
en el árbol de la vida del tomar y desear, mientras la distancia sea un llaga,
una herida sin cicatrizar en esta encarnación, pues solo podrá ser una buena amiga,
y aunque lloro por ser humano, jamás me interpondría en vida ajena.

Un intento de poema a golpe de verdaderos sentimientos
nada de fantasías, ni creatividad, ni sentimentalismos extremos,
solo unos versos para desahogar mi verdad en expresiva libertad,
solo unas letras sencillas para acallar el ronroneo de mi soledad.

Unos versos sin musa, sin imaginación ni inspiración,
unos versos veraces como acto de expiación,
una confesión a cara descubierta para decirle que la admiro y respeto
y aunque bien siento mi intromisión, nada me impedirá que guarde ese secreto.

domingo, 9 de enero de 2011

Encadenados


Encadenados sin remedio de los húmeros
por eslabones perdidos en lo invisible,
donde garras oscuras y traviesas te sostienen
ensangrentando tus pieles desde lo insondable.

Quieres marchar, morir, defenestrarte,
abandonar todo principio carnal y mundano
que te sostiene en lamentos una y otra vez
escapando de los barrotes del tormento espartano.

Pero estás atrapado por miles de espirales cíclicas
que vuelven a machacarte tus procesos de independencia,
de libertad póstuma al dejar este disfraz decadente
quedando inerte, sin decisiones ni videntes corazonadas.

Eres un simple número entre millones de tú especie
saboreando las mismas mieles de los infiernos de Dante,
un rey destronado sin linaje de sucesión ni alternancia,
reducido quedas;
a una mota de polución biológica entre humaredas,
un poltergeist ruidoso en furia y demencias.

¡Y te creías un ser humano único!.

Mientras suenen las campanas de medianoche
al alba y después del crepúsculo,
mientras permanezcas en oídos pobres, cuasi latentes,
¡mientras te creas un endiosado con derechos!,
jamás cortarás las cadenas y dejarás de lado las espirales...
Solo serás un lobo solitario en busca de los porqués.

Un eslabón más, de la inmensa cadena de enajenados,
encadenados a las pieles de sus homónimos
sin distinción apenas...
Solo unos matices de color en tus pupìlas.

sábado, 8 de enero de 2011

Éxtasis


No tuerce más el viento, mis ademanes místicos,
que sentado en el crepúsculo, trazo con las auroras,
invocando la música de las esferas
junto a un caleidoscopio de colores nunca vistos.

Solo las luciérnagas y el cantar de los grillos
son los acompañantes de la eterna calma congelada,
sembrando las simientes de un éxtasis inconsciente prolongado
en unión con el púlsar de todo lo creado.

In crescendo el ritmo de mi corazón y su sonido
como el tam-tam de un tambor sin pausa,
desenfocando la visión de mis pupilas
según los efluvios que lanzan las auras.

Nada está inerte en lo que observo,
todo danza al ritmo que marca el universo cósmico
vibrando según las escalas tonales de mi yo evolutivo...
Fusionándose con mi biorritmo interno.

Inmanencia con la naturaleza de la que todos formamos el Uno
intrínsecamente unidos por cuerdas incorruptas
tensadas por el artífice del compuesto esencial...
Indispensable para la comprensión del ADN, en código secuencial.