sábado, 4 de diciembre de 2010

Como un Lobo estepario


Mueren los sentimientos
acallando los pensamientos,
nadie puede ya tocar mi alma
sin que sufra ni aullé en lamentos.

En lobo estepario me he convertido
solitario y mal avenido,
siendo mi sombra con sus fauces
la que amenaza si me desvío.

Ese es mi destino
por mucho que me consuelen mis allegados.

Es mi infierno;
pues el amor carnal me está vedado
¡y del cósmico ni te digo!
siendo el velo de Isis
el que me tiene maniatado y obnubilado.

Nada puedo hacer por evitarlo
ni puedo perder mi vida en una muerte aparente,
por eso mismo...
Por no poder vivir consecuentemente
con mis deseos de amor consciente.

La línea de mi vida es frágil
como el fino hilo de las Parcas
que sujetan mi alma,
no pudiendo traspasar la frontera
de lo que quisiera y no puedo
y de lo que podría pero no quiero.

Así será mi vida de Lobo solitario
o de un caballero andante pero sin su doncella,
así será no porque yo quiera...
sino porque me lo han impuesto
los invisibles negociadores
en pago por mis anteriores acciones.

Por eso aullaré a la Luna
en cada plenilunio,
maldiciendo por un amor que amanse...
la rabia que llevo dentro.

Y mientras esperaré eternamente
que una bella deshaga el hechizo,
convirtiendo a esta bestia
en un ser humano de nuevo,
lleno de vitalidad y amor,
aplacando la sangría de un corazón que llora
y de una mente que delira...
Porque llegue ese día.

1 comentario:

  1. te la rifaste con este poema, das a conocer todos los sentimientos que algún día sentimos y queremos nuevamente sentirlos. esperar a la doncella y ahullarle a la luna nuestro lamento.

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