miércoles, 30 de septiembre de 2009

Poema dedicado a las emigrantes



Bañada por la espuma de las olas
en una mar embravecida y alterada,
así te encontré tendida y exhausta entre las rocas,
semi- inconsciente y tu ropa alborotada.

Tu pelo largo y ondulado, reflejaba destellos del sol,
tu tez morena me decía que no eras de por aquí,
abriste los ojos mientras te cogía en brazos
un suspiro de alivio resopló de tus labios.

En la cama te acosté, no sin antes cambiarte la ropa,
tu cara me reflejó tu gratitud, y tus ojos tu aprobación,
dormiste dos días enteros sin ninguna preocupación
tiempo tendrías para contarme tu naufragio y tu aparición.

Emigrante como tantas otras rumbo a lo desconocido
huyendo de la hambruna y las enfermedades,
de gobiernos corruptos y dictadores
todo por dejar una tierra en el olvido.

Su cara reflejaba cierta felicidad
había conseguido salir de la mediocridad,
el futuro todavía se presentaba incierto
pero de momento había recalado en buen puerto.

El tiempo transcurría y de emigrante se tornó en vecina,
todo el pueblo la quería por su sana alegría,
trabajó nunca le faltó y tampoco pretendientes
se casó feliz y tuvo descendientes.

Y con este poema hago un homenaje
a todas las emigrantes,
que viniendo ligeras de equipaje,
traen corazón y aires frescos
a nuestros pueblos y ciudades.

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